¿Comprensión lectora con audiolibros?

24 May

En educación tendemos a pensar que hay dos tipos de comprensión: la oral y la lectora. Al fin y al cabo, se mencionan en los currículos y las evaluamos y calificamos. A poco que pensemos, nos damos cuenta de que puede haber otras formas de comprensión. Si vemos un cuadro, como el Gernika, de Picasso o La fragua de Vulcano, de Velázquez podemos hacer una interpretación de la escena. También podemos formar una narración con una escena de una película de cine mudo, así que podemos plantearnos la existencia de una comprensión visual. ¿Podríamos hablar de otras comprensiones como la táctil o la olfativa? En cierta manera, lo que hacemos siempre es combinar la información que recibimos con nuestros conocimientos y aplicar procesos de razonamiento, especialmente los inferenciales.

Vamos a pensar en tres aulas en las que se lee un texto, se debate y se responden preguntas sobre él. En la primera clase cada alumno lee el texto por su cuenta. En la segunda van haciendo turnos de manera que cada uno lee durante un rato breve y el resto del tiempo escucha a sus compañeros. En la tercera, un profesor lee el texto y la clase escucha. Tras la lectura, en las tras clases se realizan las mismas actividades. ¿Dónde han trabajado la comprensión lectora? Es fácil que pensemos que en la primera clase sí, en la tercera no y tengamos dudas con la segunda. Al fin y al cabo, la comprensión lectora consiste en formar una representación mental de aquello que lees.

La primera acepción de la palabra «leer» en el diccionario de la lengua española es «pasar la vista por lo escrito o impreso comprendiendo la significación de los caracteres empleados». Atendiendo a esto, una persona ciega no podría tener comprensión lectora, aunque sea capaz de utilizar el código braille. Un lector hábil que pierda la visión perdería también su comprensión lectora.

Pero también podemos pensar que hay distintas formas de leer. En ese sentido, la tercera acepción del diccionario dice que leer es «entender o interpretar un texto de determinado modo». En este sentido, cuando la habilidad lectora es baja, por la edad o por dificultades como la dislexia, cuando no se puede utilizar la vista, por falta de agudeza o porque las condiciones lo dificultan o, simplemente, cuando queremos, podríamos leer de formas alternativas como escuchar a un lector, una grabación, utilizar un sistema de conversión de texto a voz o leer al tiempo que escuchamos el texto.

Aún podríamos hacer una reflexión sobre qué leemos. Por ejemplo, este mismo texto: no creo que de mi ordenador hayan salido letras y signos de puntuación y que hayan viajado por la red o a través de las ondas de la WIFI para entrar en los ordenadores, teléfonos o tabletas de los lectores. Mis ideas se han convertido en algún tipo de código electrónico que soy incapaz de interpretar y, posteriormente, se han presentado como caracteres escritos, pero podrían haberse presentado de otras formas, entre ellas como voz sintetizada.

Esta larga introducción es para presentar una revisión de investigaciones que comparan el uso de audiolibros con la lectura de textos. Se trata de un trabajo realizado por Anisha Singh y Patricia Alexander, de la Universidad de Maryland.

Estas investigadoras encontraron 32 publicaciones en inglés, realizadas entre 1970 y 2020 y que comparaban la comprensión de textos escritos con la de audiolibros o textos con audio grabado (no con voz sintetizada).

Algunos resultados

Las autoras realizan una extensa revisión de las características de los estudios localizados. En cuanto a la comprensión, destacan lo siguiente:

  • En textos narrativos o mixtos (combinación de narración y exposición), se obtuvieron resultados similares o mayores con el uso de audiolibros.
  • En 4 de los 6 estudios realizados con textos expositivos el resultado de comprensión fue mejor con la lectura de textos impresos en papel que con audiolibros.
  • En textos narrativos, la combinación de texto escrito y audio produjo resultados similares o mayores que los de la lectura de textos escritos.
  • Solo se localizaron 2 estudios que comparaban la combinación de texto expositivo escrito y audio con la lectura de texto escrito. En ambos casos los resultados fueron similares.
  • De forma mayoritaria, la combinación de audio y texto produjo mejores resultados en comprensión que la lectura de texto narrativo escrito en alumnado que no dominaba la lengua en la que estaba escrito el texto.
  • En cambio, en los textos expositivos, el texto escrito en papel o de forma electrónica produjo igual o mejor comprensión que el audio o que la combinación de texto y audio.
  • Los resultados en alumnado con dificultades o bajo nivel de lectura fueron bastante heterogéneos.

Parece, por tanto, que los audiolibros pueden ser una ayuda o una buena alternativa para comprender textos narrativos, pero no para los textos expositivos.

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La competencia lectora de adolescentes no escolarizados

17 May

Sin duda, se pueden hacer muchas críticas a las evaluaciones PISA de la OCDE, pero algunas de las más frecuentes son bastante injustas. Hay quienes entienden PISA como una especie de tabla de clasificación de la educación superficial y descontextualizada. Quizá no conozcan más que los datos que proporcionan medios de comunicación generalistas. Por ejemplo, el primer volumen de los resultados de PISA 2018 tiene 354 páginas y se han publicado seis volúmenes; los otros cinco tienen una extensión de 376, 368, 250, 330 y 426 páginas. Además hay otros documentos como los del marco de la evaluación y análisis a partir de los datos.

La colección PISA in Focus analiza distintos temas educativos a partir de los datos recogidos en la evaluación. En este caso, quiero detenerme en el número 110 de la colección, titulado Evaluación de jóvenes no escolarizados. Resultados destacados.

En realidad, la evaluación PISA solo evalúa a alumnado de 15 años escolarizado, lo que puede sobrevalorar el nivel obtenido en países donde hay mucho abandono escolar. En los países de la OCDE las muestras que se toman para la evaluación PISA representan a casi el 90% de la población de 15 años (quienes están escolarizados). España o Chile superan ligeramente esa media, siendo Alemania el país con mejor cobertura, casi el 100%. Argentina tiene una cobertura del 80%. Uruguay y Perú superan el 70%. México, Costa Rica y Colombia están por encima del 60% y Panamá es el segundo país evaluado con peor cobertura: algo más del 50%.

La mayor parte de los datos de este análisis no procede de la evaluación PISA, sino de PISA-D o PISA para el desarrollo, una prueba centrada en los niveles de competencia más bajos y que en 2018 realizaron Camboya, Ecuador, Guatemala, Honduras, Paraguay, Senegal y Zambia. En cuatro de estos países: Guatemala, Paraguay, Honduras y Senegal la prueba se extendió a población no escolarizada. Además esa extensión se realizó en Panamá, que no participó en PISA-D sino en PISA 2018.

Como media, el 55% de la población de 15 años de edad no está escolarizada o está aún cursando la Educación Primaria. Los adolescentes no escolarizados eran el 71% en Senegal, 44% en Paraguay, 53% en Guatemala y 49% en Honduras. Lo más frecuente era el abandono escolar tras concluir la Educación Primaria (24%), pero también era común que continuase cursando esa etapa (22%) o que hubieran abandonado a lo largo de la Educación Secundaria (20%). El 13% de los evaluados nunca había estado escolarizado. El estudio fue realizado con algo más de 72000 adolescentes de 14 a 16 años.

Foto de Viault en Wikimedia Commons

Resultados en lectura

PISA distingue varios niveles de competencia lectora, considerando que el nivel 2 es el mínimo que se debería haber conseguido a los 15 años. En este nivel un lector es capaz de leer y comprender literalmente textos sencillos y cotidianos y muestra cierta capacidad para relacionar información, hacer inferencias y conectar el texto con su experiencia y conocimiento personal.

Solo el 1.5% de los adolescentes no escolarizados alcanzó en nivel 2, que sí que obtenía más del 27% de los escolarizados a los 15 años. Este porcentaje fue del 4.1% en Panamá, 2.2% en Honduras, 1% en Paraguay, 0.4% en Guatemala y 0% en Senegal.

Más del 27% de los adolescentes escolarizados y matriculados en los cursos en los que se realiza PISA alcanzaron el nivel 2 en esos países.

Mientras que en las pruebas PISA es muy común la brecha de género en los resultados de competencia lectora, siendo más altos para las chicas, en la población no escolarizada no se produce esta diferencia.

Los resultados en lectura tendían a ser mayores cuanto más largo había sido el tiempo de asistencia a la escuela.

Peculiaridades de la muestra

Una escolarización incompleta se relaciona con un nivel muy bajo de competencia lectora. Pero no podemos establecer una relación de causa efecto. El diseño del estudio no permite descartar la posible influencia de otras variables. Por ejemplo, casi todos los evaluados habían repetido curso al menos una vez antes de abandonar la escolarización, mostraban un nivel socioeconómico menor que quienes sí asistían a centros educativos y procedían en mayor medida de entornos rurales.

Los jóvenes con discapacidades y pertenecientes a etnias, religiones o grupos lingüísticos minoritarios tenían mayores probabilidades de no estar escolarizados.

Nuevos datos sobre la mejora de la fluidez lectora

10 May

En distintas ocasiones he escrito en este blog sobre la mejora de la fluidez lectora, especialmente sobre la mejora de su componente mejor investigado: la velocidad lectora. Aquí podemos ver distintas entradas que presentan estrategias, intervenciones o actividades para mejorar la fluidez.

Es un tema sobre el que también he escrito en el blog de Intralíneas:

Para actualizar lo que sabemos sobre mejora de la fluidez, quiero ofrecer algunos resultados del meta-análisis sobre dosificación en las intervenciones de mejora de la fluidez lectora de Kathrin Maki y Stephanie Hammerschmidt, de la Universidad de Florida.

Como se puede ver en el título del trabajo, estas autoras tratan de ofrecer información sobre la dosificación de las intervenciones: ¿qué efecto tienen la extensión de las intervenciones o la frecuencia y la duración de las sesiones de trabajo? Veremos que los datos que nos aportan sobre eso no son especialmente aclaratorios, pero hay varias cosas interesantes en esta revisión.

Maki y Hammerschmidt localizaron 33 publicaciones relevantes sobre mejora de la fluidez lectora. En ellas se ofrecían datos empíricos sobre intervenciones aplicadas en países angloparlantes y la fluidez se medía en palabras correctamente leídas por minuto. Hay que tener en cuenta que esto es una medida incompleta de la fluidez ya que tiene en cuenta dos de sus componentes (precisión y velocidad) pero no la prosodia (agrupación de fonemas, sílabas y palabras, respeto a los signos de puntuación, entonación).

En general, las intervenciones para la mejora de la fluidez mostraron un efecto positivo tanto en los estudios en los que se comparaba un grupo experimental con un grupo de control como en los estudios de caso único. Los resultados eran positivos en las investigaciones más rigurosas, que cumplían con los estándares de What Works Clearinghouse y eran mayores en las investigaciones que cumplían los estándares con reservas o no los cumplían. En estos dos casos, los resultados fueron muy similares.

Las intervenciones utilizadas y sus tamaños del efecto (TE) fueron:

  • Lecturas repetidas: 15 investigaciones, TE = 0.49.
  • Lectura continua, lectura extensiva: 5 investigaciones, TE = 0.41.
  • Cloze asistido o lectura en dueto: 1 investigación.
  • Peer Assisted Learning Strategies: 1 investigación.
  • Lectura en parejas: 2 investigaciones, TE = 0.37.
  • Programas diseñados por los investigadores: 3 investigaciones, TE = 0.32.

Estas intervenciones fueron eficaces en distintos tramos educativos: 3º de Educación Infantil a 3º de Educación Primaria, 4º a 5º de Educación Primaria, 3º de Eduación Infantil a 5º de Educación Primaria, o escuela media (Middle School). No mostraron un efecto significativo en la escuela superior (High School) o en un grupo de cuatro estudios con alumnado de enseñanza primaria y media. Los efectos positivos se percibieron en alumnado con y sin dificultades.

El número de semanas de duración de las intervenciones se relacionaba con la mejora alcanzada, pero no había una relación significativa entre la duración de la intervención medida en minutos o en la frecuencia de las sesiones de trabajo y la mejora obtenida.

Finalmente, hay que tener en cuenta que estos datos deben ser tomados con precaución ya que el conjunto de estudios con el que se obtienen tiene una distribución extraña de los resultados. Aunque las pruebas de detección de un posible sesgo de publicación proporcionaron resultados no significativos, al ordenar los resultados de las investigaciones en un diagrama de embudo se ve que este no muestra la forma de triángulo apoyado sobre la base característica de estos diagramas. Más bien, el triángulo aparece invertido, apoyado sobre el vértice.

La casita de la lectura

3 May

Al leer la guía de mejora del lenguaje escrito entre 4º y 6º curso de Educación Primaria de la Education Endowment Foundation (EEF) me he encontrado con una representación de la comprensión lectora en forma de casita, desarrollando la concepción simple de la lectura, al estilo del modelo de la cuerda de Scarborough. Traducido al español y con un poco menos de habilidad para el diseño gráfico es así:

La guía no ofrece información sobre cómo se ha confeccionado el modelo, indicando que la lectura de palabras y la comprensión del lenguaje son dos componentes clave de la comprensión lectora, algo en lo que existe consenso académico y que está fundamentado en la investigación. El modelo ilustraría como la lectura de palabras y la comprensión del lenguaje están basados en otras habilidades que se desarrollan y se conectan durante el aprendizaje de la lectura.

Como fuente, la guía remite un artículo de Tiffany Hogan, Mindy Bridges, Laura Justice y Kate Cain sobre cómo mejorar las habilidades lingüísticas de alto nivel puede mejorar la comprensión lectora. Estas autoras presentan una representación visual de la concepción simple de la lectura con forma de casa, aunque es algo diferente de la de la EEF. La parte de la lectura de palabras tiene un piso menos, ya que no aparecen la conciencia fonológica ni los conocimientos sobre el lenguaje escrito. Una diferencia menor es que el cuadro de «sintaxis y gramática», dice solo «gramática».

Lectura individual en silencio. ¿Merece la pena como intervención?

26 Abr

La mayor parte de la lectura que hacemos los adultos es individual y en silencio. Existen programas y actividades escolares en las que se practica regularmente esta forma de leer: sesión semanal de lectura libre en la biblioteca, lectura silenciosa sostenida, tiempo tranquilo de lectura o propuestas similares. Cuando hacemos esto es porque creemos que tendrá un efecto beneficioso general o sobre algún aspecto de la lectura: fluidez, comprensión o motivación.

¿Son reales esos efectos? ¿Es esta una forma eficiente de mejorar la lectura? ¿Es útil en cualquier edad? Son preguntas razonables acerca de esta actividad que, cuando se realiza, consume una parte considerable del tiempo disponible para la mejora de la lectura. Atención, que me estoy refiriendo al tiempo escolar no a la lectura se pueda realizar durante el tiempo libre.

Florina Erbeli y Marianne Rice son dos investigadoras de la Universidad A&M de Texas que han realizado una revisión de la investigación realizada entre 2000 y 2020 sobre la lectura individual en silencio. Con esta revisión tratan de completar la que realizó el National Reading Panel con la investigación anterior.

El informe del National Reading Panel, al tratar sobre la fluidez lectora indica que:

Sí, el National Reading Panel encontró que una serie de enfoques instructivos bien descritos, que tratan de fomentar la lectura oral repetida produjeron como resultado una mejora en la habilidad lectora. Esos enfoques están bien documentados y referenciados aquí.
En contraste, el National Reading Panel no encontró evidencias que sostengan la eficacia de animar a la lectura silenciosa independiente como medio para la mejora del rendimiento en lectura.

National Reading Panel (2000)

Aunque ese extracto del informe pertenece al capítulo sobre fluidez lectora, la lectura silenciosa independiente no aparece entre los métodos eficaces para la mejora de la comprensión lectora. Respecto a la motivación, ese tema no fue analizado en esta revisión.

Erbeli y Rice han localizado 14 estudios con grupo de control. Las autoras no realizan un meta-análisis, sino que describen los resultados de los estudios. Algunas de sus constataciones son:

Curso

  • La mayor parte de los estudios (10) se realizó en Educación Primaria, especialmente en 4º y 5º curso (el 6º curso de España se considera aquí como parte de la enseñanza media).
  • Ninguno de los estudios realizados con alumnado de primaria ofrece resultados significativos en lectura.
  • Los resultados son ligeramente superiores en enseñanza media, aunque no de forma consistente y hay dos estudios que encuentran efectos moderados en los cursos superiores (High School).

Factores que influyen en el rendimiento en lectura

  • La magnitud del resultado de los estudios no parece asociarse de forma consistente con el tipo de diseño de investigación (experimental o cuasiexperimental), con la duración de las intervenciones o con el uso de evaluaciones estandarizadas.

Aspectos de la lectura evaluados

  • Tres estudios experimentales evaluaron el efecto de la lectura individual en silencio sobre la fluidez lectora. Sus resultados no fueron significativos, con efectos muy pequeños, entre -0.11 y 0.18.
  • Un estudio evaluó la mejora de vocabulario con resultados no significativos y efectos entre 0.03 y 0.25.
  • Tres estudios experimentales valoraron el impacto sobre la comprensión lectora. En uno de ellos, realizado en cursos superiores, se encontró un resultado significativo. Sin embargo, en esta intervención se trabajaba la lectura individual pero tras ella había preguntas de comprensión, de modo que no queda claro si la mejora se puede deber a esa actividad.
  • Se encontraron efectos positivos en la cantidad de lectura realizada, pero los resultados en pruebas de lectura acumulada (reconocimiento de títulos de libros) no fueron significativos. Las autoras sugieren que no se creó un hábito de lectura, aunque, en realidad, ninguno de los estudios lo comprobó directamente.

La metacomprensión y su mejora

19 Abr

La metacognición es un concepto que estuvo de moda en psicología y pedagogía a finales del siglo XX. En educación se ha retomado, con un significado poco claro, con el auge de las «metodologías activas». Se suele explicar que la metacognición es pensar acerca del propio pensamiento y las definiciones más elaboradas indican que la consciencia es una característica importante de la metacognición y que tiene dos componentes básicos: conocimientos y control o regulación. Hay modelos de metacognición que subdividen esos componentes proponiendo la existencia de distintos tipos de conocimiento y procesos de control.

Aparentemente, la metacomprensión sería una forma de metacognición en la que se reflexiona sobre la propia comprensión lectora. Sin embargo, una parte considerable de lo que se ha investigado y escrito sobre metacomprensión se ha centrado en una parte de ella: la habilidad para juzgar si uno está comprendiendo el texto adecuadamente o no.

El Laboratorio de Metacognición y Aprendizaje, de la Universidad Normal de Beijing (Pekín) ha publicado un meta-análisis sobre la precisión en la metacomprensión. Los autores del trabajo intentan averiguar hasta qué punto somos capaces de discriminar con precisión entre textos bien o mal comprendidos, qué factores dificultan la precisión en este tipo de juicios y cómo mejorarla. Para eso, revisaron 115 investigaciones, que proporcionaban 502 resultados relevantes.

¿Somos eficaces valorando nuestra propia comprensión?

La correlación entre las estimaciones de comprensión realizadas por los participantes de los distintos estudios y su resultado en pruebas de comprensión fue 0.24. Esto indica cierta capacidad de predecir nuestro resultado en actividades de comprensión de los textos, pero esta capacidad dista bastante de ser buena. Los autores utilizan una simulación que compara estas correlaciones con la probabilidad de acertar si una moneda lanzada al aire va a mostrar cara o cruz. En este caso correspondería a una probabilidad de acierto del 56,1%, ligeramente superior a lo esperable, que sería el 50%

Además, los autores advierten de que este resultado puede estar sobrestimando la habilidad para valorar con precisión la comprensión de un texto ya que parte de los estudios que se utilizaron para calcularlo eran estudios de intervención, en los que se enseñaban habilidades para mejorar esos juicios. Al separar los tipos de estudio se encontró que los de intervención ofrecían un resultado mayor (0.33) que los estudios sin intervención (0.18).

Imagen de howtostartablogonline.net

Mejorar los juicios sobre la propia comprensión

La capacidad para valorar la propia comprensión aumenta cuando los lectores tienen expectativas sobre cómo va a ser la prueba de comprensión, especialmente si la prueba es congruente con esas expectativas. También si se han realizado pruebas de comprensión de práctica previamente.

Además, hay varias actuaciones que mejorar la precisión de los juicios sobre la propia comprensión:

  • Uso de organizadores gráficos: completar o dibujar un mapa conceptual o un mapa mental.
  • Generación de palabras clave tras la lectura de todos los textos.
  • Releer el texto tras un tiempo breve.
  • Leer textos en los que se han suprimido letras (de modo que es preciso adivinar algunas palabras).
  • Autoexplicaciones: verbalizaciones con las que el lector trata de explicarse a sí mismo el texto que está leyendo.
  • Realización de un resumen tras la lectura de todos los textos.

Finalmente, la combinación de varias medidas o intervenciones para mejorar la valoración de la propia comprensión proporcionó mejores resultados que el uso de medidas aisladas.

La retroalimentación en las actividades de comprensión influye en el uso de estrategias

22 Mar

Me resulta incómoda la palabra feedback; no me gusta ninguna de las posibilidades que sugiere Fundeu para traducirla al español: reacciones, comentarios, opiniones, impresiones, sensaciones, retorno, respuestas o sugerencias. La razón es que la mayoría no capturan el matiz de que forma parte de un proceso. Sí que encuentro este matiz en «retorno», pero le solemos atribuir otro significado. Si hablamos de la importancia del retorno del profesor es fácil que pensemos en que se había ido, antes que en la información que proporciona al alumnado sobre la realización de una actividad.

Otra alternativa son las palabras: retroalimentación, realimentación y retroacción, que encontramos en el diccionario panhispánico de dudas. En este caso el significado sí que incluye la devolución de información sobre el resultado de un proceso.

El motivo de estas reflexiones es que Elise Swart, Thijs Nielen y Maria Sikkema-de Jong, de la Universidad de Leiden, han publicado un artículo con un meta-análisis sobre la influencia de la retroalimentación durante el trabajo de comprensión en el uso de estrategias de lectura y en la actitud de los lectores.

En realidad, se trata de dos meta-análisis. En uno se sintetizan los resultados de 8 estudios sobre retroalimentación y uso de estrategias y en otro los resultados de 10 estudios sobre retroalimentación y actitud hacia la tarea de lectura.

Los autores conciben la retroalimentación como «información individualizada sobre las respuestas que los lectores proporcionan a preguntas de comprensión sobre el texto que han leído».

Imagen de la World Bank Photo Collection

Los resultados obtenidos en estos dos meta-análisis son:

  • Proporcionar retroalimentación acerca de la comprensión del texto produjo un aumento en el uso de estrategias de lectura, con un tamaño del efecto moderado: TE = 0.61.
  • Además, en los 8 estudios sobre uso de estrategias, la retroalimentación produjo una mejora de la comprensión de los textos (TE = 0.34).
  • Se encontró una correlación de 0.29 entre uso de estrategias y mejora de la comprensión.
  • La retroalimentación no tuvo un efecto significativo en la actitud hacia la tarea de lectura (TE = 0.07).
  • En los 10 estudios sobre actitud hacia la tarea la retroalimentación no produjo una mejora en la comprensión lectora (TE = -0.02).

¿Comprendemos lo mismo cuando leemos un texto que cuando lo escuchamos?

15 Mar

Desde el punto de vista de la comprensión, ¿es mejor leer un libro o escuchar el audiolibro?, ¿o quizá da igual porque en ambos casos entendemos lo mismo? Si hacemos una adaptación metodológica en la que a un alumno con discapacidad visual o con dislexia le permitimos escuchar un texto ¿se lo estamos poniendo más fácil que a sus compañeros?, ¿tienen ventaja quienes pueden leerlo?

Cuando escuchamos un texto recibimos la misma información que cuando lo leemos. Sin embargo, puede haber algunas diferencias: si se comenten errores en la lectura la información nos llega alterada. Cuando escuchamos un texto, la voz puede proporcionar información emocional. Por otra parte, leer un texto nos permite operaciones estratégicas como elegir a qué velocidad hacerlo, detenernos a pensar o releer algo que no hemos entendido bien.

Tihamér Margitay (1898)

La investigadora Virginia Clinton-Lisell, de la Universidad de Dakota del Norte ha publicado un meta-análisis de estudios que comparan la comprensión oral y la comprensión lectora. En general, considerando los 46 estudios que localizó, no hay diferencia entre ambos modos de comprensión, pero hay algunas diferencias en situaciones concretas.

La comprensión lectora es mayor que la comprensión oral en las siguientes situaciones:

  • Cuando los lectores deciden su velocidad de lectura hay una pequeña ventaja en la comprensión lectora (tamaño del efecto de 0.13). Cuando leemos a una velocidad prederminada, por ejemplo, en una pantalla que va proyectando el texto, la comprensión oral es superior, aunque la diferencia no es significativa. Las limitaciones en el tiempo para realizar la actividad no supusieron una diferencia entre ambos modos de comprensión.
  • Cuando se valora la comprensión general (tamaño del efecto de 0.36) o la comprensión inferencial (tamaño del efecto de 0.15). En cambio, cuando se evalúa la comprensión literal no se encuentran diferencias entre comprensión oral y lectora.
  • En los textos expositivos la comprensión lectora es mayor (tamaño del efecto de 0.21), mientras que en los narrativos comprensión oral y comprensión lectora son muy similares.
  • Curiosamente, hay una tendencia a que la comprensión lectora sea mayor que la oral en idiomas con sistemas ortográficos opacos como el inglés, en los que las correspondencias entre letras y sonidos son más complejas. Sin embargo, esta diferencia no es significativa.
  • La comprensión lectora fue mayor que la oral en alumnado de educación secundaria (tamaño del efecto de 0.24) pero resultó similar en alumnado de primaria y en adultos.

Escribir a mano mejora el reconocimiento de las letras

8 Mar

De vez en cuando aparecen noticias relacionadas con el abandono de la escritura a mano. En ocasiones advierten de que eso resulta perjudicial para el aprendizaje e incluso para el desarrollo cerebral. Lectura y escritura comparten muchos procesos y la idea de que se puede mejorar la lectura trabajando la escritura no es nueva.

Susana Araújo, Miguel Domingues y Tânia Fernandes, de la Universidad de Lisboa, han publicado un meta-análisis sobre la influencia de la escritura manual en el reconocimiento de las letras. En él analizan los resultados de 50 estudios en los que se compara a alumnado que recibe entrenamiento en escritura manual con un grupo de control que trabaja las mismas letras pero sin entrenamiento de la escritura manual o en los que se realizan medidas en el mismo grupo, antes y después del entrenamiento de la escritura. Este entrenamiento no se refiere a la práctica de la caligrafía para mejorar el trazado de las letras, sino que se destina a alumnado que inicialmente desconoce las letras que se trabajan.

Puede parecer que con estas condiciones solo se incluyeron estudios realizados con niños prelectores, pero se localizaron estudios realizados con distintas edades, incluso 22 con adultos. En este caso se trataba de extranjeros que aprendían el chino como segunda lengua.

Foto de Cbseeducare, en Wikimedia Commons.

Resultados

El tamaño del efecto del entrenamiento de la escritura manual sobre el reconocimiento de letras fue 0.58. Algunas cuestiones que merece la pena destacar son:

  • Se obtuvo un efecto significativo con tareas de copiar y de repasar, pero no con al escribir de memoria.
  • El efecto de la escritura manual sobre el reconocimiento de las letras era significativamente menor si también se trabajaba la conciencia fonológica que en situaciones en las que no había entrenamiento de conciencia fonológica.
  • También era significativamente menor si se comparaba con tareas visuales que si se comparaba con tareas motrices (excluyendo las grafomotrices).
  • Se encontró una diferencia significativa referida a las diferencias entre los caracteres: la escritura manual ayudaba a distinguir letras que comparten rasgos (N y Z o b y d) pero no tuvo efecto en la discriminación de letras que se diferencian claramente por su forma (M y S o d y v).
  • El tiempo dedicado a las actividades de escritura influyó positivamente en el reconocimiento de letras, tanto en niños como en adultos.

La conclusión de todo esto es que la práctica del trazado de las letras es una actividad valiosa para el aprendizaje de las mismas y consecuentemente para la lectura, tanto en la iniciación a la lectura infantil como en el caso de adultos que intentan aprender un idioma con un sistema de escritura distinto.

Relación entre componentes de la lectura y comprensión lectora

1 Mar

Al terminar el siglo XX el National Reading Panel de Estados Unidos concluyó que hay cinco componentes básicos de la lectura a los que se conoce como los cinco pilares de la lectura: conciencia fonológica o, más concretamente, conciencia fonémica, principio alfabético (phonics), fluidez lectora, vocabulario y comprensión. Estos cinco componentes pueden ser enseñados o mejorados y tienen una influencia clara en la competencia lectora.

Un equipo con personas de la Universidad de Texas, Universidad Internacional de La Rioja y Universidad Católica del Maule (Chile) ha publicado un meta-analisis de la relación que existen entre los componentes esenciales de la lectura y la comprensión lectora en hablantes monolingües de español. La persona más conocida entre los autores es la investigadora estadounidense Doris Luft Baker.

Estos componentes esenciales no son exactamente los mismos que propuso el National Reading Panel. Por ejemplo, aquí se añade la conciencia morfológica y la comprensión se concreta en comprensión oral ya que no tendría mucho sentido relacionar la comprensión lectora consigo mismo. Sí que están presentes la conciencia fonológica, el principio alfabético, la fluidez lectora y el vocabulario.

La revisión de la investigación localizó 33 estudios, publicados entre 2000 y 2021, de los que se extrajeron 146 tamaños del efecto. Se consideraron estudios con participantes entre los 5 y los 12 años (Educación Primaria) sin dificultades de lectura.

Resultados

En la imagen siguiente se pueden ver las relaciones entre los distintos componentes elegidos y la comprensión lectora. Exceptuando la conciencia morfológica, podemos ver también las relaciones que se establecen entre comprensión lectora y distintos subcomponentes o formas de evaluar el componente principal. Estos subcomponentes se han ordenado según la cantidad de estudios localizados.

Resultados a distintas edades

Algo muy interesante en este meta-análisis es que nos muestra los resultados en tres rangos de edad distintos: 5 a 6 años, 6 a 8 años y 9 a 12 años.

Tal como establece la concepción simple de la lectura, según avanza la edad, parece disminuir la influencia de la descodificación y aumentar la de vocabulario y comprensión oral.

Reflexiones

La publicación termina con algunas recomendaciones de tipo práctico y teórico, entre las que destacaría:

  • No solo la conciencia silábica, sino que la conciencia fonémica también se relaciona con la comprensión lectora. De hecho, la relación entre conciencia fonémica y comprensión lectora tiene mayor respaldo empírico.
  • Existen lagunas en la investigación, especialmente en cuanto al papel del vocabulario y la comprensión oral en la comprensión lectora al inicio de la Educación Primaria.

Finalmente, una debilidad de este meta-análisis es que parece combinar distintos efectos obtenidos del mismo estudio, esto supondría el incumplimiento del supuesto de independencia de los tamaños del efecto si no se controla de alguna forma, sin que haya información sobre eso.