La práctica repetida breve como herramienta para la enseñanza de la lectura en TEA o discapacidad intelectual

22 May

No tengo muy claro cómo traducir «constant time delay». «Demora constante» parece una buena traducción, pero pienso que es una forma confusa o poco informativa de llamar a este procedimiento, así que lo voy a llamar «práctica repetida breve». Al ver el material que se utiliza ―tarjetas con palabras― puede haber gente que prefiera llamarlo así «tarjetas» o en inglés «flashcards».

En el trabajo de lectura con práctica repetida breve presentamos una tarjeta con una palabra y al momento (demora de 0 segundos) decimos qué palabra es y el alumno con quien estemos trabajando repite la respuesta. Puede que lo haga correctamente o no. Cuando este alumno ha nombrado correctamente varias veces consecutivas la palabra que le hemos presentado y leído se pasa a una nueva fase en la que mostramos la tarjeta pero esperamos un tiempo, por ejemplo 5 segundos, antes de decir qué palabra es. Durante ese tiempo de espera el alumno tiene la oportunidad de leer la palabra de forma independiente.

Si el alumno no lee bien la palabra o no responde, le proporcionamos la respuesta correcta. Si durante el intervalo de demora el alumno comienza a leer la palabra y lo hace correctamente registramos la respuesta. Se suele establecer un criterio, por ejemplo, hacer tres lecturas consecutivas correctas, para considerar que esa palabra ya está aprendida.

Este procedimiento se puede modificar para utilizarlo con alumnado no verbal. Para eso se puede presentar la tarjeta con la palabra a leer y varias imágenes para asociar (enseñamos una tarjeta con la palabra «mesa» y tres dibujos con una mesa, una moto y una meta).

Cuando las explicaciones sobre cómo utilizar la práctica repetida breve en la lectura utilizan el término «consecutiva» supongo que no se refiere a intentos seguidos de leer la palabra, ya que eso generaría el riesgo de que la persona con la que estemos trabajando, simplemente repita el modelo que le proporcionamos: una vez que ha escuchado «mesa», cada vez que le enseñamos la tarjeta se limita a repetir «mesa» sin intentar leerla. Supongo que cabe la posibilidad de alternar tarjetas con distintas palabras y, también, de que los intentos estén separados en el tiempo, especialmente cuando queremos comprobar si se alcanza el criterio de palabra aprendida. En alguna explicación he visto que el criterio sería leer la palabra correctamente todas las veces que se presenta durante tres sesiones de trabajo consecutivas.

Una revisión

Annemarie Horn, Jane Roitsch y Kimberly Murphy han publicado una revisión sobre el uso de la práctica repetida breve para la enseñanza de la lectura a alumnado con trastorno del espectro autista (TEA) o discapacidad intelectual.

En esta revisión localizaron 9 estudios de caso único en los que participaron 29 estudiantes, de entre 7 y 24 años de edad con TEA o discapacidad intelectual moderada (no se encontraron estudios en alumnado con discapacidad intelectual severa).

Las autoras de la revisión muestran resultados positivos de todos estos estudios, por ejemplo:

  • Aprendizaje, generalización y mantenimiento de las palabras trabajadas con práctica repetida breve.
  • Mayor eficiencia de la práctica repetida breve que de otras estrategias como el desvanecimiento de estímulos.
  • La práctica repetida breve resulta útil cuando la aplica profesorado y cuando se aplica con medios informáticos

En dos de los estudios se comparó la práctica repetida breve con la ayuda simultánea (simultaneous prompting), en la que se indica la palabra correcta cuando se presenta en los ítems de entrenamiento, pero no se da ayuda en los ítems de evaluación. En ambos estudios la ayuda simultánea consiguió que el tiempo de trabajo fuera menor. En uno de ellos también consiguió una tasa de errores menor, pero en el otro fue la práctica repetida breve la que produjo menor tasa de error.

Y una reflexión

Atendiendo a lo anterior, parece que la práctica repetida breve ayuda al reconocimiento de palabras en alumnado con TEA o discapacidad intelectual. En la educación de alumnado con estas dificultades es bastante común que la enseñanza de la lectura se afronte mediante la práctica del reconocimiento global de palabras frecuentes.

Sin embargo, los métodos fónico-sintéticos, en los que se enseñan de forma sistemática las relaciones entre letras y sonidos parecen ser bastante productivos y en ellos se puede utilizar la práctica repetida breve, por ejemplo como recurso para aprender la relación entre letras y sonidos.

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