Pues eso, el 11 de agosto en Buenos Aires, jornada con algo sobre intervención en dislexia, TDAH y comprensión lectora.
Pues eso, el 11 de agosto en Buenos Aires, jornada con algo sobre intervención en dislexia, TDAH y comprensión lectora.
En Estados Unidos, la categoría dianóstica «trastornos emocionales y de comportamiento» es tan frecuente en el ámbito escolar que suele nombrarse con las siglas EBD (emotional-behavioral disorders). Los alumnos que se incluyen en este grupo pueden recibir asistencia especial, y suelen ser gente con TDAH, trastornos de personalidad, depresión, algunas formas de trastorno del desarrollo y otros problemas. A mi juicio, un auténtico cajón de sastre, pero seguro que tiene algún sentido que desconozco.
Menciono esta forma de agrupar dificultades escolares por una revisión recientemente publicada por Justin Garwood, Nelson Brunsting y Leslie Fox, de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, titulada Improving Reading Comprehension and Fluency Outcomes for Adolescents with Emotional-Behavioral Disorders: Recent Research Synthesized.
Esta revisión se centró en intervenciones para mejorar la lectura, publicadas a partir de 2004, realizadas con alumnado de ESO y Bachillerato, escolarizados en aulas especiales por trastornos emocionales y de comportamiento. Los autores encontraron nueve artículos que cumplían estos criterios, todos ellos eran investigaciones de caso único, es decir, estudios en los que se evalúa a un pequeño grupo de alumnos en períodos en que no reciben la intervención y en períodos en los que sí la reciben.
En cinco de las nueve investigaciones recogidas se realizó una intervención sobre la fluidez lectora y, también en cinco investigaciones, se realizó una intervención para mejorar la comprensión. Se obtuvieron resultados positivos moderados o grandes en dos de las investigaciones que intervenían sobre la fluidez, y en una de las que incluían la comprensión.
En dos estudios sobre mejora de la fluidez los resultados eran mixtos: se obtenían mejoras durante la intervención, pero esos beneficios no se apreciaban durante las evaluaciones de mantenimiento. Algo similar sucedía en uno de los estudios sobre mejora de la comprensión, mientras que en otro se obtuvieron mejoras con una intervención, pero al combinarla con otra no se encontró una mejora apreciable.
De Wikimedia Commons
Entre las distintas intervenciones utilizadas en las investigaciones revisadas se pueden destacar:
Esto no tiene relación con la comprensión lectora (bueno, un poco igual sí). Simplemente es un anuncio de que he comenzado, con mi compañero Mikel Yoldi, un nuevo blog sobre el tratamiento educativo del tdah que puede ser interesante para algunos lectores.
El blog se llama tratamiento educativo del tdah, y su intención es ofrecer información sobre el trastorno por déficit de atención con hiperactividad desde el punto de vista de la educación, y de forma orientada a la práctica, describiendo algunas propuestas sencillas de llevar a cabo y acompañándolas, cuando se a posible, con materiales o ejemplos.