Salió el sembrador a sembrar y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron. Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno.
El investigador alemán Sebastian Suggate nos recuerda establece una analogía entre esta parábola y la enseñanza temprana de la lectura, sobre todo que para que la semilla (enseñanza de la lectura) fructifique tiene que caer en tierra bien preparada (momento adecuado). No se trata de algo nuevo, ya hubo una época en la que el concepto de «madurez para la lectura» estuvo presente en las escuelas y se realizaron intentos de predecir el momento óptimo para enseñar a leer basándose en la teoría del desarrollo de Piaget o en un la habilidad perceptivo-motora.
Suggate, en cambio, se basa en la concepción simple de la lectura, que propone que esta habilidad depende de dos factores: la comprensión del lenguaje y la descodificación. Por tanto, considera que el momento óptimo para enseñar a leer se caracterizaría porque:
- El aprendizaje de la descodificación puede hacerse con poco esfuerzo.
- Se puede realizar en armonía con las actividades para el desarrollo lingüístico y no sustituyéndolas.
- Añadir las habilidades de lectura a las habilidades lingüísticas resulta beneficioso para el aprendizaje de los niños (pueden acceder a los conocimientos del currículo a través de la lectura).
Hortus deliciarum, de Gleichnis vom Sämann
Una revisión de la investigación
El estado de la investigación sobre el tema se podría resumir en una frase:
Hay datos sólidos y convergentes que sugieren que el aprendizaje temprano de la lectura no conduce a una mejor lectura en el futuro, más allá de las mejoras iniciales a corto plazo.
- Los estudios con resultados más favorables para pensar en una iniciación temprana (para Suggate esto se daría entre los 5-6 años) de la lectura indican que los resultados en lectura son estables. Los niños que de pequeños obtiene buenos resultados en lectura tienden a obtener buenos resultados de mayores. Muchas veces, esos estudios no han controlado otras variables, como la capacidad intelectual o el nivel socio-económico de las familias y, a largo plazo, las habilidades lingüísticas parecen un predictor de la lectura mejor que las habilidades de lectura de palabras.
- Pocos estudios de intervención aportan datos de seguimiento a largo plazo. Los que hacen algún tipo de seguimiento indican que el efecto de la enseñanza temprana disminuye con el paso del tiempo.
- Analizando los resultados de la evaluación PISA no se han encontrado diferencias en lectura según la edad de inicio de la escolarización.
- Estudios en que se comparan grupos de alumnos del mismo sistema educativo que comienzan el aprendizaje de la lectura a distintas edades encuentran que la enseñanza temprana de la lectura no produce diferencias en el nivel de lectura a largo plazo.
Y un modelo
Suggate propone un modelo del aprendizaje de la lectura basado en dos hipótesis:
- Los niños de mayor edad aprenden las habilidades de descodificación más rápido que los niños de menor edad.
- Disponer de habilidades tempranas de lectura no produce mayores beneficios sobre el lenguaje oral que desarrollarse en un entorno lingüístico con la misma calidad.
El modelo tendría tres fases:
La primera es la fase del lenguaje. En ella se mejora la habilidad lingüística por la exposición al lenguaje oral, las habilidades de descodificación son muy laboriosas de desarrollar y no benefician al desarrollo del lenguaje.
La segunda fase es la de descodificación. En esta fase la habilidad lingüística se puede beneficiar del desarrollo de las habilidades de descodificación, aunque no más que de la exposición a un entorno de lenguaje rico. Por otra parte, el conocimiento lingüístico favorece la adquisición de las habilidades de descodificación.
La tercera fase es la de lectura para el aprendizaje. En esta fase se alcanza el dominio de las habilidades de descodificación, y el lenguaje se beneficia de la lectura de una forma que no se podría sustituir por experiencias con el lenguaje oral.
The Parable of the Sower and the long-term effects of early reading está disponible en: https://www.researchgate.net/publication/283537853_The_Parable_of_the_Sower_and_the_long-term_effects_of_early_reading