En 1918, William Heard Kilpatrick publicó un libro titulado El método de proyectos. En este método se proponía organizar el currículo y las actividades de clase en torno a un tema central. Los alumnos trabajarían este tema con su profesor como guía explorando, experimentando y dirigiendo su aprendizaje a partir de sus propios intereses.
Este método didáctico continúa utilizándose y, curiosamente, en la actualidad se considera una propuesta innovadora. También se pueden encontrar opiniones que indican que produce efectos positivos sobre la comprensión lectora, ya que en muchos proyectos los alumnos tienen que buscar información, leer en distintas fuentes y sintetizar lo que encuentran en ellas.
Una investigación reciente
La organización Education Endowment Foundation ha publicado los resultados de una investigación sobre la eficacia del método de proyectos.
En esta investigación participaron 24 escuelas: 12 (2101 participantes) siguieron el método REAL projects y otras 12 (1973 participantes) sirvieron como control. El programa se aplicó en 6º curso de primara (Year 7) durante los cursos 2014-2015 y 2015-2016. Se dedicó entre el 20% y el 50% del tiempo lectivo al trabajo por proyectos.
Foto de Kodjaman. En Wikimedia commons
Baja fiabilidad
A pesar de que participó un número considerable de alumnos y que las escuelas que siguieron el método de aprendizaje por proyectos se seleccionaron al azar, los autores consideran que los resultados son poco fiables. La razón es que el 47% de los alumnos que realizaban el método de proyectos y el 16% de los alumnos del grupo de control fueron excluidos del estudio.
La razón de que casi la mitad de los datos del grupo experimental tuvieran que ser descartados es que varias escuelas abandonaron la investigación. Curiosamente, también sucedió que algunas de las escuelas del grupo de control emplearon el método de proyectos.
Resultados
El estudio se centró en el desarrollo de la competencia lingüística, más específicamente, un concepto que aún no tiene un nombre de uso común en español y que se está llamando «literacidad». La prueba incluía ítems sobre la comprensión lectora de dos textos y otros sobre gramática y correspondencias entre letras y sonidos (spelling).
El uso del método de proyectos no produjo mejoras en los resultados de la prueba de literacidad, en la actitud de los alumnos hacia la escuela ni en sus tasas de asistencia. Las diferencias fueron muy pequeñas y, curiosamente, a favor del grupo que no había utilizado el aprendizaje por proyectos. Sí que se encontró un resultado negativo en los alumnos de familias con menor nivel socio-económico, pero no se apreciaron diferencias significativas entre los alumnos con bajo rendimiento.
No se encontraron diferencias entre de los grupos de trabajo por proyectos y de los grupos de control en cuanto a actitud hacia la escuela y asistencia.
Los autores no descartan que el método de proyectos pueda mejorar otras habilidades de los alumnos que no se evaluaron en este estudio, pero sí que señalan que, en general, las evidencias sobre su eficacia son bastante débiles.
Las 104 páginas del informe ofrecen mucha más información sobre la forma como se aplicó el método de proyectos o su coste.