Buscando información sobre Suzanne Mol y Adriana Bus, autoras de una revisión sobre los efectos de la lectura por placer, comentada en una entrada reciente, encuentro que estas autoras han realizado otras revisiones, como la que se comenta aquí, sobre la lectura interactiva de libros por padres e hijos. Se trata de un estudio realizado por Mol, Bus, de Jong y Smeets (2008), en el que se revisan investigaciones realizadas con niños de 2 a 5 años en los que se comparaba un grupo de niños con los que se leía aplicando el método de lectura dialógica, con otro grupo de niños a los que se leía de la forma tradicional.
Habitualmente los padres, cuando leen historias a sus hijos pequeños, tratan de conseguir la participación del niño por medio de preguntas, comentarios, señalando imágenes,… De esta forma la lectura se convierte en lectura interactiva. La lectura dialógica (dialogic reading) es un programa que trata de hacer sistemática esa interactividad. En determinados momentos de la lectura dialógica, los padres adoptan el papel de oyente y es el niño el que cuenta el libro. Para eso el adulto solicita al niño que diga algo sobre el libro, evalúa la respuesta del niño y la expande reformulándola, corrigiéndola o añadiendo información. Tras eso repite la solicitud inicial para asegurarse de que el niño ha aprendido algo. En el vídeo (en inglés) se puede apreciar esta parte del trabajo. Previamente la mujer ha leído el libro completo a la niña.
Las solicitudes del adulto al niño pueden ser que complete una oración, por ejemplo una rima, que recuerde algo que ha sucedido en la historia, que diga lo que pasa en la historia mirando las imágenes, preguntas CQ (quién, cuándo, qué, cómo, por qué), o relacionar información del libro con conocimientos y experiencias propios.
Volviendo al estudio, se revisaron investigaciones en las que se entrenaba a padres para realizar lectura dialógica con sus hijos (sin problemas sensoriales, físicos o mentales graves), evaluaban las mejoras en el vocabulario de los niños e incluían un grupo de control de niños con padres que les leían sin recibir un entrenamiento especial.
Se localizaron, en total, 16 investigaciones con esas características, en las que habían participado 313 niños que habían practicado la lectura dialógica, y otros 313 con los que se había leído del modo tradicional. Esos niños tenían entre 2 y 5 años de edad.
El tamaño del efecto de la lectura dialógica sobre el vocabulario fue d = 0,42, una diferencia pequeña (menos de media desviación típica) con los resultados producidos por la lectura tradicional. La lectura dialógica produjo una mejora moderada en el vocabulario expresivo (d = 0,59) y una mejora bastante pequeña en el vocabulario receptivo (d = 0,22).
Los efectos eran mayores cuando la lectura dialógica se aplicaba con niños de 2 y 3 años (d = 0,50), que cuando se aplicaba con niños de 4 y 5 años (d = 0,14). También se observó que los resultados eran menores en niños de familias con un nivel socio-económico muy bajo (d = 0,22) que en el resto de familias (d = 0,71).
Las conclusiones que se pueden extraer de estos resultados son débiles: la lectura dialógica parece ser útil para desarrollar el vocabulario expresivo, especialmente en los niños de 2 y 3 años, en familias con un estatus socio-económico medio o alto, pero se desconocen las causas por las que pierde su eficacia con niños ligeramente mayores o con familias de menor estatus. Al no controlarse la fidelidad en la aplicación del método tampoco es posible buscar datos que apoyen alguna hipótesis o no.
Información adicional
· La revisión se puede encontrar en el capítulo 3 de «To Read or Not to Read«.
· Otra revisión sobre el programa «Dialogic Reading» en What Works Clearinghouse.
· Una presentación muy elemental, pero en español.