Archivo | Organizadores gráficos RSS feed for this section

La metacomprensión y su mejora

19 Abr

La metacognición es un concepto que estuvo de moda en psicología y pedagogía a finales del siglo XX. En educación se ha retomado, con un significado poco claro, con el auge de las «metodologías activas». Se suele explicar que la metacognición es pensar acerca del propio pensamiento y las definiciones más elaboradas indican que la consciencia es una característica importante de la metacognición y que tiene dos componentes básicos: conocimientos y control o regulación. Hay modelos de metacognición que subdividen esos componentes proponiendo la existencia de distintos tipos de conocimiento y procesos de control.

Aparentemente, la metacomprensión sería una forma de metacognición en la que se reflexiona sobre la propia comprensión lectora. Sin embargo, una parte considerable de lo que se ha investigado y escrito sobre metacomprensión se ha centrado en una parte de ella: la habilidad para juzgar si uno está comprendiendo el texto adecuadamente o no.

El Laboratorio de Metacognición y Aprendizaje, de la Universidad Normal de Beijing (Pekín) ha publicado un meta-análisis sobre la precisión en la metacomprensión. Los autores del trabajo intentan averiguar hasta qué punto somos capaces de discriminar con precisión entre textos bien o mal comprendidos, qué factores dificultan la precisión en este tipo de juicios y cómo mejorarla. Para eso, revisaron 115 investigaciones, que proporcionaban 502 resultados relevantes.

¿Somos eficaces valorando nuestra propia comprensión?

La correlación entre las estimaciones de comprensión realizadas por los participantes de los distintos estudios y su resultado en pruebas de comprensión fue 0.24. Esto indica cierta capacidad de predecir nuestro resultado en actividades de comprensión de los textos, pero esta capacidad dista bastante de ser buena. Los autores utilizan una simulación que compara estas correlaciones con la probabilidad de acertar si una moneda lanzada al aire va a mostrar cara o cruz. En este caso correspondería a una probabilidad de acierto del 56,1%, ligeramente superior a lo esperable, que sería el 50%

Además, los autores advierten de que este resultado puede estar sobrestimando la habilidad para valorar con precisión la comprensión de un texto ya que parte de los estudios que se utilizaron para calcularlo eran estudios de intervención, en los que se enseñaban habilidades para mejorar esos juicios. Al separar los tipos de estudio se encontró que los de intervención ofrecían un resultado mayor (0.33) que los estudios sin intervención (0.18).

Imagen de howtostartablogonline.net

Mejorar los juicios sobre la propia comprensión

La capacidad para valorar la propia comprensión aumenta cuando los lectores tienen expectativas sobre cómo va a ser la prueba de comprensión, especialmente si la prueba es congruente con esas expectativas. También si se han realizado pruebas de comprensión de práctica previamente.

Además, hay varias actuaciones que mejorar la precisión de los juicios sobre la propia comprensión:

  • Uso de organizadores gráficos: completar o dibujar un mapa conceptual o un mapa mental.
  • Generación de palabras clave tras la lectura de todos los textos.
  • Releer el texto tras un tiempo breve.
  • Leer textos en los que se han suprimido letras (de modo que es preciso adivinar algunas palabras).
  • Autoexplicaciones: verbalizaciones con las que el lector trata de explicarse a sí mismo el texto que está leyendo.
  • Realización de un resumen tras la lectura de todos los textos.

Finalmente, la combinación de varias medidas o intervenciones para mejorar la valoración de la propia comprensión proporcionó mejores resultados que el uso de medidas aisladas.

Anuncio publicitario

Organizadores gráficos: eficacia en el área de Lengua

2 Feb

He tenido bastantes dudas sobre si comentar este meta-análisis sobre la utilidad de los organizadores gráficos. El principal motivo es que a lo largo del texto se menciona en 34 ocasiones la «g de Hedge». Larry Hedges propuso una forma de medir el tamaño del efecto a la que denominó «g», así que el nombre correcto es «g de Hedges». El autor del artículo puede cometer un error, pero me preocupa que los revisores no hayan detectado algo tan notable. Eso significa que no están familiarizados con el concepto y que han aceptado como válida una medida que no existe.

Entonces, con las debidas precauciones, Haran Basri Kansızoğlu trabaja en la Facultad de Educación de la Universidad de Bartın, en Turquía. En 2017 publicó un artículo titulado El efecto de los organizadores gráficos en las áreas de enseñanza y aprendizaje del lenguaje: un estudio de meta-análisis.

En este meta-análisis sintetiza los resultados de 70 estudios con grupo de control publicados entre 2000 y 2016. Otra de las curiosidades de esta revisión es que la cuarta parte de los estudios incluidos se había realizado en Turquía. También hay que tener en cuenta que en casi la mitad de las investigaciones participaron universitarios o adultos. En 44 de los estudios se estaba enseñando inglés como lengua extranjera o como segunda lengua. En 14 se enseñaba inglés como lengua materna y en 12 se enseñaba turco.

En 31 de los estudios se evaluaba la comprensión lectora y en los restantes otras áreas del aprendizaje de la lengua: escritura, conocimiento general, vocabulario, comprensión oral y gramática.

El tamaño de efecto conjunto, medido con la g de Hedge[s] fue 0.90. Todos los tipos de organizadores gráficos proporcionaron un resultado positivo y significativo, entre 0.57 del mapa de conocimientos hasta el 0.97 del mapa conceptual. Los otros organizadores analizados fueron el mapa semántico, SQA (KWL o qué sé, qué quiero saber, qué he aprendido) y el mapa mental.

La construcción de organizadores gráficos por ordenador produjo un efecto de 0.65 y el uso de varios organizadores gráficos de 0.99.

El tamaño del efecto sobre el vocabulario fue 0.73 y sobre la comprensión lectora 0.82. En el resto de contenidos los resultados fueron positivos, entre 0.68 para la gramática y 1.39 para la comprensión oral. Por etapas, los mayores resultados se encontraron en Educación Primaria (g = 1.18), pero también hubo resultados positivos en Educación Secundaria (0.86 y 0.91).

Técnicas de estudio

23 Mar

La enseñanza de técnicas de estudio produce un efecto notable sobre el rendimiento escolar, especialmente si esta enseñanza está vinculada con las asignaturas y los contenidos que los alumnos deben aprender en realidad.

Este es el vídeo de mi sesión online en el programa Educar Hoy de la Universidad de Navarra.

 

Estrategias para la comprensión de problemas matemáticos y memoria de trabajo

13 Ene

Me interesan muchísimo las investigaciones sobre cómo enseñar a los alumnos a comprender (y por tanto plantear la solución) de problemas matemáticos. En realidad, lo que me interesan son las posibles aplicaciones de estas investigaciones, ya que las dificultades para comprender problemas son bastante comunes.

Lee Swanson nos hace una propuesta de gran interés: que la eficacia de la enseñanza de estrategias para comprender problemas puede depender de la memoria de trabajo de los alumnos. La memoria de trabajo es un concepto muy importante en psicología, pero que apenas se emplea en educación. En esta entrada se puede ver una pequeña explicación de qué es esa memoria de trabajo, que yo suelo definir como la capacidad de retener información a corto plazo mientras la atención está pendiente de otra cosa.

La investigación de Swanson

El artículo de Swanson, publicado en agosto de 2015 se titula intervenciones en estrategias cognitivas que mejoran la resolución de problemas y la memoria de trabajo en alumnos con dificultades de aprendizaje de las matemáticas.

Este artículo describe una investigación realizada con 204 alumnos de 3º de primaria, con dificultades de aprendizaje de las matemáticas y sin ellas y con capacidad baja o normal de memoria de trabajo. Los alumnos fueron asignados a cuatro intervenciones: estrategias verbales, estrategias visuales, estrategias verbales y visuales y grupo de control.

Las estrategias

Los tres grupos experimentales recibieron 20 sesiones de media hora durante 8 semanas. Estas sesiones fueron realizadas en pequeños grupos de 4 o 5 alumnos y dirigidas por estudiantes de doctorado. Durante cada sesión los alumnos recibían un cuadernillo con las actividades a realizar. Las sesiones estaban estructuradas en cuatro fases:

  1. Calentamiento: ejercicios de encontrar el número que falta (_ + 1 = 6) y actividades sobre formas geométricas.
  2. Instrucción: se enseña o se recuerda una microestrategia.
  3. Práctica guiada: práctica con tres problemas acompañados por el tutor, que informa a los alumnos sobre cómo están utilizando las estrategias y sus pasos.
  4. Práctica independiente: trabajo con otros tres problemas sin la ayuda del tutor.

Los problemas para la práctica independiente incluían, progresivamente, más oraciones irrelevantes, pasando de una a cinco oraciones irrelevantes a lo largo del programa.

Las estrategias verbales fueron:

  • Encuentra y subraya la pregunta.
  • Rodea los números.
  • Señala con un rectángulo la palabra clave.
  • Tacha la información no necesaria.
  • Decide qué debes hacer (sumar, restar o ambos).
  • Resuelve el problema.

Estas estrategias iban acompañadas por indicaciones como «si tengo que averiguar el total hay que sumar».

No me queda claro en qué consisten las estrategias visuales, incluso después de consultar otros artículos de Swanson sobre trabajos en los que también se emplearon. De alguna forma, el alumno tiene que completar un diagrama, y existen dos tipos de diagramas. En uno las partes forman un todo. Por ejemplo, hay dos cuadros (las partes) que desembocan en otro (el todo). Este diagrama permite que el alumno pueda calcular el todo a partir de las partes o el valor de una de las partes, conociendo las demás y el todo.

El segundo diagrama es de comparación y es el menos claro. En él hay dos cuadros, de distinto tamaño para colocar los números y, de alguna manera que no acabo de entender, hay que colocar otro número (la diferencia). Quizá es parezca al modelo que está sobre este párrafo, pero el autor no incluye ningún ejemplo. En fin, otro ejemplo de cómo los investigadores suelen publicar para otros investigadores, más interesados en la fiabilidad de las pruebas de evaluación y la corrección de los cálculos estadísticos que en la intervención que se investiga.

La combinación de estrategias verbales y visuales seguía el mismo procedimiento que las estrategias verbales, añadiendo un paso de confección del diagrama.

Por último, es necesario tener en cuenta que el grupo de control, que seguía el currículo ordinario también trabajaba con estas estrategias, incluidas en su programa de matemáticas, pero lo hacía de una forma menos sistemática y enfocada que los grupos experimentales.

Los resultados

Se encontraron tres resultados principales:

  1. La enseñanza de estrategias consiguió mejoras, pero esas mejoras dependían de la memoria de trabajo de los alumnos: los alumnos con baja capacidad de memoria de trabajo no se beneficiaron especialmente de la intervención.
  2. Algunas estrategias funcionaron mejor que otras, pero eso dependía del nivel de competencia matemática de los alumnos. Los alumnos con baja competencia matemática y memoria de trabajo normal obtuvieron mejores resultados que sus equivalentes del grupo de control cuando trabajaban con estrategias verbales. También se beneficiaron, en menor medida de la combinación de estrategias, pero no de las estrategias visuales. Los alumnos con rendimiento matemático y memoria de trabajo normales obtuvieron pequeñas mejoras con los tres tipos de estrategias, siendo mayores con las verbales y menores con las visuales.
  3. Los alumnos que recibieron el entrenamiento en estrategias mejoraron sus resultados en pruebas de memoria de trabajo.

 

 

Mejorar la comprensión de textos científicos de los alumnos con dificultades de aprendizaje

23 Sep

El alumnado con dificultades de aprendizaje obtiene peores calificaciones que sus compañeros en las áreas de contenido, como Ciencias Naturales o Ciencias Sociales. En cierta manera es lógico puesto que la mayoría de ellos tienen problemas de lectura y se trata de áreas en las que es muy común el uso del libro de texto.

Incluso en enfoques de tipo constructivista en los que se plantean experiencias para que el alumno observe reflexione y obtenga conclusiones, es precisio consultar materiales escritos como libros o páginas web. Además, a menudo carecen de conocimientos que les permitan comprender conceptos complejos.

Erica Kaldenberg (en la foto), Sarah Watt y William Therrien han publicado un meta-análisis sobre las intervenciones para mejorar la comprensión de textos científicos. En primer lugar, localizaron 20 estudios, procedentes de 12 artículos en los que se planteaban intervenciones para mejorar la comprensión de textos científicos. En esos estudios habían participado alumnos desde 5º de primaria hasta 1º de bachillerato.

Resultados

En conjunto, las intervenciones producían un efecto grande (0,98). Los resultados de las intervenciones realizadas con alumnado con dificultades de aprendizaje no eran significativamente diferentes de las realizadas con grupos mixtos de alumnos (con y sin dificultades). En tercer lugar, las pruebas de seguimiento, que indican las mejoras observadas un tiempo después de terminada la intervención, reflejaban un efecto moderado (0,69).

 

Las intervenciones

Los investigadores distinguieron dos grupos de intervenciones. El primero estaba basado en la enseñanza explícita de una selección de vocabulario por medio de la repetición de las definiciones, la práctica con los términos enseñados o la elaboración de mapas semánticos.

El segundo grupo, más heterogéneo, estaba formado por las intervenciones en las que se enseñaban estrategias de comprensión como el uso de organizadores gráficos, hacerse preguntas o el análisis de la estructura de los párrafos. El efecto de los estudios basados en la enseñanza de vocabulario (1,25) fue casi el doble que el de los estudios basados en la enseñanza de estrategias (0,64). Además, la enseñanza de vocabulario parece tener un impacto mayor en los alumnos con dificultades de aprendizaje que en los alumnos sin dificultades.

Las recomendaciones de los autores se la revisión son que para mejorar la comprensión de textos científicos en el alumnado con dificultades de aprendizaje se empleen recursos como los siguientes:

  • Mapas semánticos.
  • Enseñanza directa de un vocabulario seleccionado, explicando y recordando sus definiciones.
  • Estrategias mnemotécnicas para recordar conceptos clave.
  • Análisis de la estructura de los textos científicos, especialmente interpretando las palabras y expresiones que relacionan la ideas.
  • Identificación de las ideas clave de los texto y de las ideas secundarias que las desarrollan.
  • Uso de organizadores gráficos.
  • Promoción de una actitud activa durante la lectura, señalando dudas o haciéndose preguntas.

 

 

 

Software para organizadores gráficos en Eduteka

15 Sep

Los organizadores gráficos son formas de organizar la información de modo que se vean con facilidad las relaciones entre los distintos elementos. Los más conocidos son los esquemas y los mapas conceptuales, pero hay otros como las líneas temporales, los diagramas de flujo, los diagramas de Venn, o los organigramas. En comprensión lectora son muy útiles para poner de manifiesto la estructura de los textos. Las herramientas multimedia facilitan mucho el trabajo con organizadores gráficos, y se pueden encontrar enlaces a muchos programas en el apartado «aprendizaje visual» del sitio web Eduteka.

¿Hay evidencias para recomendar el uso de organizadores gráficos en el trabajo de la comprensión lectora?

Eduteka ofrece el resumen de una revisión sobre la utilidad de los organizadores gráficos, encargada por la compañía Inspiration Software: «Organizadores Gráficos: Revisión de Investigaciones con Base Científica«. Respecto a la comprensión lectora, la revisión se limita a citar dos estudios cuasi-experimentales en los que se hallan mejoras de comprensión lectora en los primeros cursos de primaria, y la revisión del National Reading Panel.

Los que han seguido este blog desde las primeras entradas ya saben que el NRP (2000) situaba el uso de organizadores gráficos entre las intervenciones con evidencias de mejorar la comprensión lectora. En este informe se revisaron 11 investigaciones, considerando que mejoran el recuerdo de lo que se ha leído, y que son adecuados para el trabajo de la comprensión lectora en asignaturas como Conocimiento del Medio.

Existe, al menos, otra revisión anterior, de Griffin y Tulbert (1995), pero no he podido conseguir el texto. También he localizado una revisión reciente, de Dexter y Douglas (2011) sobre el uso de los organizadores gráficos en estudiantes con dificultades de aprendizaje. En esta revisión se encontró un tamaño efecto grande por el uso de organizadores gráficos en  las áreas de Inglés-lectura-escritura, Ciencias Naturales y Ciencias sociales.

Por último, What Works Clearinghouse, en un informe sobre mejora de la lectura en los adolescentes, recomienda la enseñanza directa y explícita de estrategias de comprensión, incluyendo el uso de organizadores gráficos entre esas estrategias, como una actuación sustentada por evidencias consistentes.

Toda esta información sugiere que los organizadores gráficos parecen ser especialmente útiles cuando se trabaja con textos de tipo expositivo y que se pueden utilizar con alumnos de distintas edades, incluyendo a los de secundaria.

Para concluir, un vídeo con unos alumnos que exponen su proyecto basado en organizadores gráficos (OLPC=One Laptop Per Children=un portátil para cada niño).