Hace unos años, al hablar sobre los efectos en la comprensión de los debates en clase sobre los textos, ya mencioné el programa Questioning the author, presentando unos datos de eficacia no del todo claros. No se puede considerar que Questioning the author haya mostrado claramente producir efectos positivos sobre la comprensión, pero he vuelto a interesarme por este programa mientras preparaba un curso sobre la mejora en las habilidades que forman parte de la competencia lectora en el marco de PISA.
El motivo de mi interés ha sido que hay habilidades (por ejemplo la de integración) en las que tenemos recursos para trabajar, en muchos casos, avalados por la investigación. Sin embargo hay otras habilidades en las que resulta difícil hacer una propuesta del tipo «tenemos claro que para esto lo que funciona bien es…». Una de las habilidades para las que me cuesta realizar una propuesta es la de valorar la forma y el contenido del texto. Tratando de encontrar estrategias o actividades que puedan ser útiles para enseñar y practicar esta habilidad, recordé el programa Questioning the author.
Algunos datos
Como decía al principio, los datos sobre la eficacia de este programa no son unánimes. Para quien quiera tener más claro este tema, recomiendo la lectura de:
- Rethinking reading comprehension instruction: A comparison of instruction for strategies and content approaches. En este estudio se compararon los resultados de tres grupos de alumnos que recibieron instrucción enfocada a los contenidos (basada en Questioning the author), a las estrategias o con un programa de lectura. Los tres sistemas produjeron resultados similares en buena parte de las pruebas, con algunos resultados mejores en la instrucción enfocada a los contenidos.
- Questioning the author: A yearlong clasroom implementation to engage students with text. Seguimiento de un grupo de alumnos que recibió el programa durante un curso.
- The effects of Questioning the author on the reading comprehension of middle school students. Estudio que valora a un pequeño grupo de seis alumnos antes y después de recibir el programa.
Además, en Adolescent literacy programs, se puede ver un análisis de los costes de la intervención y compararlos con los de otros dos programas de lectura dirigidos a adolescentes.
El programa
Después de haber dejado claro que tendríamos que ser precavidos con el uso de este método, presento el programa Questioning the author, desarrollado por Isabel Beck y Margaret McKeown. El programa está explicado en un libro titulado Improving comprehension with Questioning the author. Aquí debo confesar que no he leído el libro. No obstante, se pueden encontrar resúmenes y descripciones del método en artículos de sus autoras o en webs como Reading Rockets o Read Write Think.
La parte que más me interesa es que, antes de la lectura el profesor selecciona algunas partes del texto que pueda merecer la pena comentar y prepara algunas preguntas para iniciar una discusión en el grupo de alumnos. Al llegar a ese punto, la lectura se para y se plantean preguntas como:
- ¿De qué trata esto?
- ¿Qué pretende decir el autor aquí?
El intercambio se anima con otras preguntas como:
- ¿Qué relación tiene esto con lo que el autor ha dicho antes?
- ¿Por qué quiere el autor que sepamos esto?
- ¿Lo ha expresado claramente?
Mis reflexiones
Uno de los problemas que podemos encontrar para conseguir que los alumnos valoren la forma y el contenido del texto (la habilidad del marco de PISA que me interesa hoy) es que previamente les hemos inducido a no hacerlo. Es usual que durante la escolarización se presenten los textos como un producto que deben comprender, aprender o utilizar para entretenerse o informarse. A veces pienso que los alumnos ven el texto como algo inmutable que se encuentra en los libros o en las hojas, ajeno al transcurrir del tiempo. Haciendo un juego de palabras, diría que, muchas veces, presentamos los textos como una autoridad y nos olvidamos de enseñar que esos textos tienen un autor, una persona que en un momento concreto escribió aquello, con unos objetivos y con mayor o menor habilidad.
Una de las cosas más interesantes del programa Questioning the author es que recupera la figura del autor, esa persona que escribió el texto y que, a lo mejor, no era hábil expresándose o era extranjero y fue traducido, quizá no sabía mucho sobre el tema del que estaba escribiendo o era un experto que escribía para otros expertos, no para alumnos de enseñanza obligatoria… Tomar conciencia de esto pone a los alumnos en otra posición: el texto ya es algo más cercano o humano. Quizá la razón de que no lo entienda no es mi falta de habilidad, sino la falta de habilidad del escritor o, a lo mejor, ese escritor no tenía ningún interés en que yo entendiera su texto.
Lo anterior me puede llevar a pensar que la lectura requiere que yo sea capaz de pensar en lo que el autor quería comunicar y los recursos que tenía para hacerlo. Pero lo que me interesa ahora es que, pensando en el texto como un conjunto de ideas escritas por alguien, puedo atreverme a valorarlo. Por eso, pienso que Questioning the author puede ser un buen punto de partida para trabajar esa habilidad de valorar la forma y el contenido del texto.
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