La lectura compartida consiste en leer libros con los niños buscando su participación (señalar, responder a preguntas, repetir, reforzar sus intervenciones). Es una técnica que se utiliza tanto en la familia como en la escuela y que parece producir beneficios en el desarrollo del lenguaje y el vocabulario.
Curiosamente, durante la lectura compartida, los niños se fijan poco en el texto y su atención se centra, más bien, en las ilustraciones y en la persona con la que leen. Los niños de tres a cinco años, cuando se lee con ellos una historia, dedican menos del 2% del tiempo a mirar al texto impreso. Para incrementar esa atención se ha propuesto una variante de la lectura compartida en la que sí que se hace énfasis en el texto.
En qué consiste

Laura Justice
Esta propuesta ha sido desarrollada especialmente por Laura M. Justice, recién nombrada directora del Centro de Familia Schoembaum de la Universidad Estatal de Ohio. La idea es que el adulto que dirige la lectura compartida utilice técnicas verbales y no verbales para guiar la atención de los niños hacia el texto impreso. Estas técnicas pueden ser algo tan sencillo como hacer preguntas sobre lo que está escrito en la página
- ¿Dónde está la letra «S»?
- ¿Cuántas palabras hay aquí?
- ¿Ves otra letra como esta?
- ¿Cuántas letras tiene esta palabra?
Comentar el texto:
- Esto es el título.
- El nombre del autor es…
- Aquí dice «jarra».
- Empiezo a leer en la parte de arriba de la página, aquí.
- Estas dos palabras son iguales.
- Estas letras son mayúsculas, son más grandes que las otras letras.
- Estas son las palabras que dice el niño. Pone…
Y que el adulto siga la lectura con el dedo (cuando se trabaja con una clase se puede proyectar el texto y usar un puntero, aunque también se editan libros de gran tamaño para este tipo de actividades).
Al conocer la lectura compartida con referencia a lo impreso, no pude evitar acordarme de este vídeo sobre un libro infantil sin ilustraciones, y cómo puede ser divertidísimo leérselo a los niños (aunque esté en inglés, con saber un poquito se entiende la idea).
Para qué sirve
La lectura con referencia a lo impreso tiene como objetivo que los alumnos, antes de saber leer, aprendan una serie de conceptos y habilidades sobre la lectura, concretamente Zucker, Ward y Justice (2009), señalan los siguientes:
- Para qué sirve el texto impreso.
- Conciencia sobre los textos impresos en el entorno (carteles, señales, calendarios, objetos).
- En qué consiste leer.
- El orden de las páginas.
- El título.
- La dirección de la lectura (de izquierda a derecha y de arriba a abajo).
- El autor.
- Las letras y sus nombres.
- Mayúsculas y minúsculas.
- Las palabras.
- Palabras largas y cortas.
- Diferencias entre letra y palabra.
- Reconocimiento de algunas palabras.
Algunos estudios
Para el que quiera tener motivos más serios para utilizar la lectura compartida con referencia a lo impreso, dejo aquí algunas publicaciones científicas sobre el tema:
- Critical review: Does print referencing during shared storybook reading improve pre-literacy skills y preschoolers?
- Accelerating preschoolers’ early literacy development through classroom-based teacher–child storybook reading and explicit
print referencing - Prekindergarten teachers’ verbal references to print during classroom-based, large-group shared reading
- Increasing young children’s contact with print during shared reading: Longitudinal effects on literacy achievement
Gracias por la sugerencia, Juan. Me surge una alerta: ¡ojo, no convirtamos la lectura de regazo, la lectura comunitaria y compartida en una clase de lectura! El gozo de la palabra relagada sin pedir nada a cambio, el éxtasis del encuentro afectivo y emocional alrededor de un texto puede diluirse si se pretende aprovecharlo para «enseñar» a leer. No pongo en cuestión las técnicas de Zucker, Ward y Justice -no las conozco a fondo-, sino los peligros de asimilar gozo de leer con curricularización de la literatura o de la lectura informativa.