El logotipo de la enciclopedia de las mejores prácticas es una abeja lectora. ¿Por qué? porque las iniciales de Best Evidence Encyclopaedia forman la palabra BEE, abeja, en inglés, y la enciclopedia está hecha por el Instituto para la Educación Eficaz, de la Universidad de York.
Esta enciclopedia es, en realidad, una web donde se ofrece información acerca de la eficacia de programas educativos para la mejora de la lectura, de las matemáticas y de la educación infantil.
En el caso que nos interesa, que es el de la lectura, se ofrecen los siguientes apartados:
- Inicios de la lectura.
- Lectores con dificultades.
- Lectura en primaria.
- Lectura en secundaria.
- Lectura del inglés como idioma adicional.
- TICs para la lectura.
En cada una de estas secciones se ofrece un informe en PDF, o se puede consultar la información a través de enlaces en los que se puede ver un resumen de la revisión realizada, o información sobre los métodos analizados, dividida en tres categorías: métodos mejor calificados, métodos con evidencias limitadas, y otros métodos.
En los métodos mejor calificados se distingue entre los que muestran evidencias fuertes de eficacia y los que muestran evidencias moderadas. En los métodos con evidencias limitadas se distingue entre los que están respaldados por evidencias consistentes pero muestran un efecto pequeño, y los que muestran un efecto grande pero están respaldados por evidencias débiles. Los que se describen en el apartado de otros métodos también se dividen en dos tipos, los que no alcanzaban un nivel mínimo de evidencia y los que no cumplían los requisitos para ser revisados.
Para hacerse una idea del trabajo realizado, en la sección de lectura en primaria se revisan 17 programas en las secciones de métodos mejor calificados y métodos con evidencias limitadas. En la sección de otros métodos se ofrece la referencia a 201 un programas (más de 100 no se analizan por no estar en uso en el Reino Unido).
La información que se da es muy breve, de modo que se incluyen pocos datos técnicos o estadísticos, pero tampoco se profundiza en la descripción de los programas. La ventaja es que la enciclopedia de las mejores prácticas es mucho más sencilla de leer que, por ejemplo, What Works Clearinghouse. El inconveniente es que si uno quiere saber más sobre los métodos valorados tiene que buscar información en otros sitios.
¿Se imaginan que se pudiera disponer de una base de datos donde se revisasen más de 200 intervenciones para la mejora de la lectura en español y se distinguiese a las más eficaces? Un compañero mío dice que eso es imposible porque ni siquiera hay 200 intervenciones que revisar. Yo creo que sí las hay, contando como intervenciones las propuestas de lectura que realizan o han realizado las distintas editoriales de textos escolares. Otra cuestión es que la mayoría de ellas sería calificadas como «otras intervenciones» porque no hay ningún estudio acerca de su eficacia.
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